lunes, 2 de febrero de 2015

Deseos

 Ha pasado un poco desde que fue mi cumpeaños, he cambiado la cifra, no quería que pasara pero supongo que si soy forever young de espíritu, da lo mismo. Me dicen que cumpla muchos más pero no quiero la mitad de ninguno. A pesar de todo es rico que la gente que te ve siempre, agradezca el mismo hecho de verte...siempre. Me hizo dibujar más de una sonrisa eso.

 Como a las seis de la tarde estuve en una misa en el templo de Maipú. Es una misa de inauguración del festival de Santo Bernardo y muchas agrupaciones se congregaron para el traslado de la virgen. Yo no soy precisamente católica, ni budista, ni musulmana, no sé si evangélica puesto que si fui bautizada no ejerzo el rimbombante título. Pero mi abuelito me dijo siempre que la fe mueve montañas, Así que no perdía nada con hacer una manda, en una de esas se me cumple mi obsesivo sueño.
 Mientras estuve divagando un laaaargo tiempo en aquella humilde banca del altísimo templo, pensaba en lo que sentía en ese momento, observaba los hermosos vitrales góticos y de vez en cuando leía las otras mandas, percatándome de que cualquiera de ellas tenía más urgencia que la mía. De pronto escuché - No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy - Fue lo único que entendí del infinitesimal sermón del padre, lo demás era catalán, chino, o cualquier otro idioma de orígenes fascinantes pero ilegibles. “Sí, quizá tengo que hacerlo”-pensé- “quizá podría crear algunos relatos sobre el MMMN, a lo mejor no ilusionarme tanto...uno sabe a estas alturas que la vida duele, más si se es soñador...pero con esa idea que tuve hace tres noches, sentí como un click”. En un trozo de cuaderno escribí mi pedido en un tablero lleno de fotos, lleno de pedidos más urgentes como el mismo hecho de sobrevivir. 

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