Ha
pasado un poco desde que fue mi cumpeaños, he cambiado la cifra, no quería que
pasara pero supongo que si soy forever
young de espíritu, da lo mismo. Me dicen que cumpla muchos más pero no
quiero la mitad de ninguno. A pesar de todo es rico que la gente que te ve
siempre, agradezca el mismo hecho de verte...siempre. Me hizo dibujar más de
una sonrisa eso.
Como a
las seis de la tarde estuve en una misa en el templo de Maipú. Es una misa de
inauguración del festival de Santo Bernardo y muchas agrupaciones se
congregaron para el traslado de la virgen. Yo no soy precisamente católica, ni
budista, ni musulmana, no sé si evangélica puesto que si fui bautizada no
ejerzo el rimbombante título. Pero mi abuelito me dijo siempre que la fe mueve montañas, Así que no perdía
nada con hacer una manda, en una de esas se me cumple mi obsesivo sueño.
Mientras estuve divagando un laaaargo tiempo
en aquella humilde banca del altísimo templo, pensaba en lo que sentía en ese
momento, observaba los hermosos vitrales góticos y de vez en cuando leía las
otras mandas, percatándome de que cualquiera de ellas tenía más urgencia que la
mía. De pronto escuché - No dejes para
mañana, lo que puedes hacer hoy - Fue lo único que entendí del
infinitesimal sermón del padre, lo demás era catalán, chino, o cualquier otro
idioma de orígenes fascinantes pero ilegibles. “Sí, quizá tengo que
hacerlo”-pensé- “quizá podría crear algunos relatos sobre el MMMN, a lo mejor
no ilusionarme tanto...uno sabe a estas alturas que la vida duele, más si se es
soñador...pero con esa idea que tuve hace tres noches, sentí como un click”. En
un trozo de cuaderno escribí mi pedido en un tablero lleno de fotos, lleno de
pedidos más urgentes como el mismo hecho de sobrevivir.
Deseos... una buena forma de plantearlo.
ResponderEliminarSaludos.